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martes, 6 de octubre de 2015

YA INICIA EL PROGRAMA "CON AROMA A CAMPO"- CON LA CONDUCCION DE DIEGO ECHAZU... A PARTIR DE LAS 13:30 HS. HASTA LAS 16. FOLKLORE DEL MEJOR.

EL HUERTO TRISTE DE COCOMAROLA
Yo tengo un jardín precioso bien cultivado en mi corazón el destino caprichoso mató una planta: ya no da flor... Era esa planta, la preferida, flor de mi vida, mi ensoñación. Murió la rosa, mi amor ha muerto, triste está el huerto en mi corazón. Cual yo la lloran niveos jazmines en los jardines de la ilusión. Acaso por consolarme me dijo el ceibo; flor de carmín, llevá esta flor a tu pecho si ya no hay rosas en tu jardín... Lloró el rocío al ver mi pena, blanca azucena, flor de jazmín. II (repite) Murió la rosa... Letra y música: Luis Acosta - Tránsito Cocomarola


Etimología de la palabra “Chamamé”




Según las referencias del profesor Juan de Bianchetti que afirman que este vocablo tiene su origen en la frase: “Che amoá memé”, que traducido al castellano significa: Doy sombra a menudo, constantemente”, tiene directa relación con el término “Enramada”, porque ésta le otorga la sombra y, en la zona del Litoral (específicamente en el ámbito rural de la provincia de Corrientes), el baile chamamecero se realiza bajo las enramadas, que protege del inclemente sol de las siestas y del rocío de las madrugadas. Señala el autor consultado que “las palabras – y principalmente en los idiomas primitivos como el guaraní- se forman obedeciendo a tres figuras de dicción: Aféresis, Síncopa y Apócope, suprimiendo letras o sílabas al principio, medio o final de las palabras, donde las letras o sílabas fuertes absorven a las más débiles. Así de “Che amoá memé”, suprimiéndose la “e” de “che”, la “o” de amoá” y la primera sílaba de “memé”, se forma la palabra “Chamamé”.



En 1960, hace más de treinta años, cuando iniciamos nuestra  investigación y el relevamiento de las expresiones del folklore musical de Corrientes, recorriendo toda la geografía de nuestra provincia, pudimos rescatar de la propia voz de viejos musiqueros, de 80 y 90 años de edad en esa época (es decir que convivieron con la música entre 1880-90 y 1900 en muchos casos), las formas y denominaciones que contenía nuestro acervo musical. Y los términos utilizados eran: “Chamamé”, o sus sinónimos “Ramada Guipe”, “Ramadita”, y otras como “Chamamé kireí”, “Chamamé Canguí” o “Chamamé Sirirí”; nadie nos señalo la denominación “Polca”, solamente para referirse  esa expresión de música de origen Paraguayo con que la diferenciaban evidentemente.

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